Santa Lucía: Tradición pagana de Navidad

Una de las razones por las que me gustan las distintas tradiciones de Navidad es porque a través de algunas costumbres, a simple vista puramente cristianas, podemos espiar un poco del pasado pagano. Tal es el caso de la fiesta de Santa Lucía en Suecia y Finlandia, una tradición escandinava de Navidad que se celebra desde hace varios siglos cada 13 de diciembre. 


Las iglesias católica, protestante y ortodoxa recuerdan a esta santa de Siracusa, Sicilia, martirizada por defender su fe en el año 304 DC. Pero, como todo santo de este período, su vida está envuelta en misterio.

La Santa Lucía histórica

De todas las leyendas que se cuentan en torno a la figura de Santa Lucía, mi favorita es la que dice que ella quería consagrarse a Dios – y al estudio: Ser religiosa significaba que las mujeres pudieran leer- pero su familia quería casarla con un hombre rico, de religión romana. Harta de este pretendiente que no entendía que no es no y seguía insistiendo con la belleza de sus ojos, ella decidió arrancárselos y mandárselos como regalo en una linda bandeja de plata. Cero pulgas Lucía. Pero parece que funcionó y Dios le devolvió la vista como premio. Por eso es su patrona, hasta el día de hoy, y todas las clínicas de ojos llevan su nombre. 

En la iconografía católica, la mártir es representada sosteniendo sus propios ojos en una bandeja.

Lo cierto es que Lucía en realidad tuvo un final menos épico. Su prometido, despechado por el desaire de la joven, decidió entregarla a las autoridades romanas, en un tiempo en que los cristianos eran perseguidos por negarse a adorar al emperador como una deidad. Fue torturada, le arrancaron los ojos y finalmente la decapitaron para diversión de las masas. Desde tiempos inmemoriales, las mujeres sufriendo este tipo de cosas. 

Lucía y los países nórdicos

En Europa, Lucía comenzó a ser venerada como la santa del estudio, debido a su nombre que significa “la que trae la luz” pero justamente en los países nórdicos, como su fecha coincide con las festividades paganas de Yule, ocurrió algo conocido como sincretismo.

La festividad de Santa Lucía da inicio a las fiestas navideñas en el hemisferio norte.

Cuando una costumbre se fusiona con otra, no con intencionalidad o como parte de una conspiración, sino por simple convivencia de dos culturas, se lo llama sincretismo. Esto es lo que puede verse en las calles e iglesias de Suecia cada 13 de diciembre. En el antiguo calendario Juliano, el solsticio de invierno coincidía con esta fecha – actualmente cae el día 21 -. Los pueblos nórdicos, debido al largo período sin luz solar que debían atravesar en esta época del año, realizaban grandes festivales y rituales ligados al fuego y la naturaleza. Una forma de dar fuerza al sol para renacer, luego de la noche más larga y fría del año. 

El Yule Log, es un tronco ritual que se encendía durante el tiempo del solsticio de invierno. La corona de Santa Lucía y los árboles de Navidad, tienen su origen en esta tradición nórdica.

Hasta el día de hoy, una niña es elegida en la comunidad para representar a la santa de la luz, en su cabeza lleva una corona de hojas perennes con velas encendidas. Según la tradición, así se alumbraba Santa Lucía para dejar sus manos libres mientras alimentaba a los pobres. Es acompañada por un séquito de damas de honor y varones que simbolizan a las estrellas – En sueco: stjärngossar – Sus vestimentas recuerdan vagamente a las valkirias vikingas. Como a ellas solían vestir a las mujeres vírgenes entregadas en sacrificio para calmar la ira de los dioses del panteón escandinavo. Igual que Lucía, según algunas historias, entregada en martirio voluntario al nuevo Dios y, en otras, inmolada como chivo expiatorio del capricho de los hombres. 

Los coros de Suecia cantan villancicos italianos traducidos al sueco, inspirados en la santa de las luminarias.

Mi bisabuelo se llamaba Lucio, hoy sería su cumpleaños. Fue líder de la Reforma Universitaria que desterró a la religión católica de la enseñanza pública. En uno de sus libros escribió: “Que la luz entre en estos claustros y nunca más los deje.” Su hija, mi tía y madrina Sara también se llamaba Lucía. En mi bautismo le dijo machista al cura porque la vela se la dieron al padrino. Siempre me decía que lo peor de volverse vieja era perder la vista, amaba los libros. Hace poco bautizamos a mi ahijado y su mamá también se llama Lucía. La vela, esta vez, la prendimos junto a la madrina. 

A ellos les dedico este post y la velita que voy a encender en un rato. 

Procesión de Santa Lucía en Estocolmo.

Aprovechen este día para saludar a las Lucías, Lucianas, Lucianos y Lucios. Lo bueno de esta mártir es que puede significar muchas cosas: Un símbolo religioso, un ícono feminista, un rito pagano y a la vez ser la patrona de la vista y los eruditos. La santa multitasking.

Nota: Si se quedaron con más ganas de aprender sobre tradiciones navideñas, vayan a leer Los victorianos que inventaron la Navidad